Una chunga no es sólo una tía con chupa de cuero que eructa y devuelve las pelis al videoclub sin rebobinar. Una chunga no tiene por qué llevar media cabeza rapada ni decir mecagonlaputa. O quizás sí pero, en ese caso, yo no sería una de ellas.
La tía más chunga que he conocido en mi vida se llamaba Cécile, había pasado los 40, era madre, tenía un buen trabajo, una casita en una ciudad con playa, hablaba idiomas y conducía con tacones. Todo esto se lo hice ver un día que quedamos para llorar a través de la pantalla y, ¿sabes qué me dijo? Me dijo: "Tienes razón. A partir de ahora, ninguno de sus actos quedará sin consecuencias".
Ser chunga es lo contrario a ser conformista. Y ella estaba dispuesta no conformarse con lo que creía injusto; y lo haría por las buenas o por las malas. Así comienza esta historia.
4 comentarios:
Me encanta Cécile chunga a los 40.
Ultimamente, creo que no devuelven demasiadas peliculas VHS al videoclub sin rebobinar, mas que nada, porque creo que no alquilan ya ni una.
Saludos de un tipo "chungo"
Me encanta el blog!Pero que conste que yo de chunga no tengo un pelo...bueno, quizá un pelín...:)
Besos y mucha forza para nadar contracorriente!
nunca habia escuchado ese termino tar raro, chunga.
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