El Hombre desconcertado

Rodericus2009: el chungo ha hablado:


La vida es como una jodida noria, das un montón de vueltas y acabas en el punto de partida.
Fuimos unos perfectos amantes durante un par de años.
Tú me dabas el sexo y la ternura que yo necesitaba y tú tenias la satisfacción y el morbo que
Toni ya no te inspiraba después de veinte años de matrimonio y dos hijas.
Pero un buén dia, sin nigun tipo de explicación, desapareces. No coges mis llamadas, no respondes a mis mensajes y mi correo electronico está desierto, ¿donde está aquella mujer que decia amarme con locura?
Durante meses me duele tu ausencia, busco una justificación razonable a tu forma de hacer, pero no se la encuentro, y te añoro como un perro abandonado hace con su ama.
Hasta hace tres meses. Boda de la hija de un amigo, celebración en un restaurante especializado en Villapardillo del Llobregat. Al tomar asiento en nuestra mesa se me hiela la sangre.Te veo en la mesa de enfrente acompañada de Toni y tú hija pequeña.
-Bien, pienso después de la sorpresa inicial, hoy me vas a explicar unas cuantas cosas, lo quieras o no.
Transcurre la comida, llegamos al postre con los consabidos brindis por los dos tórtolos y empieza
el bailoteo.
Procuras mantener las distancias durante el sarao.Te acecho con el rabillo del ojo cuando te diriges a los lavabos, te sigo y veo que extrañamante están vacios, esta es mi ocasión.
Cuando se cierra la puerta tras nosotros, no me dejas tiempo para decir nada y me sorprendes
abrazandome y besandome con una lengua que me llega hasta la garganta.
Me empujas hacia un retrete, y allí dentro me empiezas a desabrochar los pantalones sin dejar de
besarme.No entiendo nada pero te sigo el juego, y me sorprendo a mi mismo haciendote el amor
con los pantalones arrastrados por el suelo, tu falda arremangada hasta tu cintura y tu discreto y
escueto tanga rozando en la base de mi pene que mientras recorre el conocido camino de tu vagina ansiosamente.
Aquello debió durar un par de minutos. Noté que llegabas al orgasmo por esos ligeros grititos
agudos,casi gemidos que sueles proferir, y yo al notarlo te seguí por el tobogán del placer.
Cuando azorado volvia a ordenar mi ropa, me apoyaste un dedo en los labios para que no dijera
nada, y me dijiste.
-Ha sido fantastico, volveremos a repetirlo.
No te creí en aquél momento, y mi desconcierto duró todo el resto de la celebración, pero que
demonios, a nadie le amarga un dulce, y fué un milagro que nadie nos sorprendiese en mitad del
jolgorio, el escandalo que se habria formado habria sido épico.
Volví a casa conduciendo taciturno a través de complicada autopista, hasta Irene notó que me
sucedia algo extraño.
-¿Te sucede alguna cosa Pepe?
-No vida mia, es solo que estoy algo fatigado.
-¿Quién era aquella rubia bajita a la que no quitabas ojo en el banquete?.
-Me parecia reconocer a una antigua compañera de facultad, pero no era ella, seguro, aunque se le
parecia bastante.
Pasaron diez o doce dias, y el banquete me parecia un sueño, o una pesadilla, dependia del
momento.
Aquél dia llegó un mensaje tuyo citandome al dia siguiente en una cafeteria cerca de mi despacho.
Llegaste algo mas tarde, pasaste junto a la mesa que ocupaba haciendome un gesto en dirección a
los lavabos, y te seguí hacia allí.
Te cercionaste de que el lavabo de damas estuviese vacio, y sin dejarme decír nada entramos en el aseo.
Volvió a durar nuestro coito un par de minutos.Tu culo apoyado en la cisterna, mis pantalones otra vez por el suelo mientras yo desabrochaba tu blusa, remangaba tu sujetador hacia arriba y
acariciaba ese pecho tan terso para una mujér de tu edad con dos partos.
Llegaste al orgasmo mientras yo te besaba y pellizcaba ligeramente tus pezones.
Y me arrastraste otra vez tras de tí en el placer.
Cuando salimos del aseo con las lógicas precauciones, aprovechaste para desaparecer, salí a la calle buscandote, pero te habias esfumado.
Al dia siguiente recibí un mensaje tuyo, muy escueto : “7,7”.
-¿Siete con siete?, ¡¡joder!!, esto parece la puntuación de la gimnasia de competición,¡¡coño!!.
A partír de entonces, siempre nos vemos en locales de hosteleria.Dependiendo de la amplitud del
aseo y de la concurrencia, nuestros polvos varían en su duración.
Y cada dia en lugares más inverosímiles, la última vez en una cafeteria atestada de japoneses con
camara digital al lado de la Sagrada familia, si alguna de aquellas turistas nos ha fotografiado en
plena faena, se habrá llevado un buen recuerdo a Tokio, porque ese dia conseguiste hacerme perder la noción del lugar y el tiempo.
Al dia siguiente, tu puntuación : ocho con ocho. El mérito no es mio, ibas sin ropa interior, llegaste
ya húmeda y con una falda de raso que me dejó contemplar tus bonitas piernas, con esas leves
varices azules que me excitan tanto.
Me llevas del infierno al paraiso como un ascensor, sin paradas intermedias y me tienes
completamente desorientado.
No sé si realmente te importo algo o soy solo un juguete tuyo.
Me siento como una mierda de condón, una vez que me has usado y te has saciado, te deshaces
de mí.
Pero me gusta.