Impresinante historia real de Béla:
A ver, mamá, cómo te lo explico:
Estaba yo en Dos Hermanas, el fin de Semana de la cultura japonesa, para hacer de modelo en un desfile de la diseñadora Kirai.
Habían montado la pasarela en la plaza frente a la Biblioteca pública, que no púbica.
Yo estaba sentada con mi amiga y las demás modelos mientras los maquilladores y peluqueros nos atusaban y acicalaban para la ocasión, y con un emo homo que me estaba haciendo una bonita fuente chony en la cabeza, cuando de repente veo a un grupo de otakus* en círculo pateando una rata.
Yo, que soy de Adena, indignada ante semejante muestra de desprecio por la dignidad animal, y a la vista de que nadie reaccionaba ante la situación, voy para allá con to mi coño, me levanto y cojo la rata con las dos manos con la intención de alejarla de sus agresores.
El simpático roedor, en un principio, pareció tranquilizarse en mis manos, más cuando fui a dejarlo en el suelo lejos de la muchedumbre, con toda su bendita fuerza asió sus incisivos sobre la yema de mi dedo pulgar. ¡Ay, dolor!
Intenté con la otra mano abrir la mandíbula de la rata, lo cual me permitió examinar con claridad el color butano de sus dientes, y tras unos segundos de desesperación, viendo que la rata no cesaba en su intento de borrarme la huella digital, opté por arrancarla de un tirón, depositándola suavemente en el suelo donde yació muerta, ya que, en mi vano intento de salvarla, le partí el cuello.
No es de extrañar que se formara el revuelo tras de mí, pues la gente solo vio cómo cogía a la rata, retorcí su cuerpo y la tiré al suelo, volviendo sangrante y malhumorada hacia el asombrado gentío.
Debido al anticoagulante que contienen las ratas en su mordedura, la insignificante herida de mi dedo no dejaba de sangrar creando un hermoso reguero sobre el blanco pavimento de la plaza del pueblo, lo cual no hacía sino escandalizar mucho a los homos, emos, otakus y demás.
Ante tamaña pérdida de fluido vital, yo, que al igual que todas las mujeres de mi familia soy de tensión baja, sufrí un vahído victoriano, lo cual me obligó a pedir que me arrastraran al bar más cercano para poder lavarme las manos y refrescarme.
A todo esto, con la puerta del servicio abierta, todo el bar mirando cómo sangraba, y yo medio inconsciente entre el suelo y el lavabo, noté cómo la arcada iba apoderándose de la zona alta de mi sistema digestivo (tengamos en cuenta que ese mismo caluroso día no sólo no había desayunado ni comido para que me luciera el elegante vestido japonés que aún llevaba puesto,sino que además, para templar los nervios del desfile, había consumido ingentes cantidades de opiáceos).
En vista de que el mejunje estomacal no terminaba de salir, y bien sabe dios que una se queda más a gusto después de echar la raba, decidí provocarme el vómito, mas perdona si me repito pero: ¡ay, dolor!
Una vez introducidos los dedos de mi mano sana en mi glotis, un pensamiento azotó mi mente: “Béla, agarraste la rata con las dos manos, verdad?”. Ya poco importaba, y una vez vaciado mi estómago de la cena del día anterior y de bilis, y recompuesto mi equilibrio, mi amiga Alex y yo decidimos que lo más coherente sería ir al centro de urgencias más cercano, así que preguntamos en el bar por la parada de taxis del pueblo (desde aquí agradezco a los del bar que me invitaran a dos coca-colas).
De camino a la parada de taxis, mientras rebuscaba en mi bolso, siendo cada vez más consciente del hecho de que había perdido mis carísimas gafas de sol traídas desde Alemania, mi polvera cayó al suelo creando una nebulosa blanca que mezclóse con gotas de sangre, llanto y sudor.
Una vez llegamos al lugar indicado, no conseguimos dar con la parada de taxis, así que interceptamos a un viandante para preguntarle, siendo su respuesta (léase con ceceo): “Taxi??? Yo no taxi!!!”
Como bien he dicho, era el fin de semana de la cultura japonesa, con lo que permíteme decirte que un enorme goterón surgió de nuestras cabezas, más finalmente dimos con los taxis.
Nos acercó al centro de urgencias más cercano: Centro de Salud de San Ildefonso. Al pagar al taxista se me rajó el cuero de la cartera, y al salir del taxi e ir a introducirla en el bolso, se estropeó la cremallera, lo cual provocó que mi ya mencionada amiga y yo tuviéramos que detenernos en la puerta de urgencias a descojonarnos un rato antes de entrar, bajo un sol de justicia sevillano.
Por fin en el centro de salud, me atendieron rápidamente con las más avanzadas técnicas médicas: mercromina, tirita y un volante pal hospital. Así que nuevamente tuvimos que llamar a un taxi para que nos acercara al Hospital de Valme, a las afueras de Sevilla. Creo que no es necesario mencionar el sablazo que nos pegó el taxista.
En el Hospital nos ponen unas bonitas pulseras de “infectado” y “amigo de infectado” y nos mandan a la sala de espera. Nos dimos cuenta que, al llegar a la gran sala, todo el mundo nos miraba de forma extraña, sobre todo cuando alguien preguntaba el motivo de nuestra visita y respondíamos con insultante franqueza. Simplemente imagínate a una tía que le ha mordido una rata, vestida y maquillada como recién desenterrada con su amiga transexual de metro noventa sin poder contener la risa ante lo cómico de la situación.
En vista de la larga espera que se intuía, decidimos tomar un café y un cigarrito en la puerta del hospital. Ahí fue donde cambió mi suerte, pues al ponerme la chaqueta cayeron al suelo sin romperse mis carísimas gafas de sol, y al agacharme a cogerlas, vi al lado un paquete de tabaco precintado, sin abrir, de la marca que yo fumo, que no es una marca cualquiera (Pall Mall mentolado).
Una vez terminado nuestro particular piscolabis, volvimos a entrar y fuimos llamadas inmediatamente para que me pusieran una vacuna de cada: tétanos, difteria, rabia, etc.
Después del descojono general en mi cara del personal hospitalario, que al menos tuvieron la delicadeza de indicarnos dónde se cogía el autobús más cercano para llegar al centro, abandonamos el hospital decidiendo que la mejor opción en este momento era irse a las traseras del mismo a seguir opiaceándonos y cantar a grito pelado La tribu de las chochoni, cuyo estribillo reza: “Con pelucas y carburante, las chochoni tiran pa´delante”, como acto final del primer día de esta historia.
Posteriormente viene una parte mucho menos graciosa en la que tanta vacuna junta (al día siguiente hubo tres más) mezclada con mis habituales medicamentos (antibióticos, anticonceptivos, antidepresivos y ansiolíticos), causaron una fuerte reacción que me llevó a estar ingresada en el hospital del Sagrado Corazón (junto al campo del Betis!) y varios días de reposo absoluto con sensación de resacón brutal.
“Si alguna vez ves a un sucio roedor maltratado, para empezar no te metas. Pero si al igual que yo no soportas el maltrato animal y decides meterte en la pelea, si te muerde, no te vacunes, que no pasa nada!”
No me arrepiento de salvarle! (aunque en verdad la maté)
Por cierto, mamá, necesito dinero…
*otaku= friki del rollo japonés
23 comentarios:
Qué crack que es Béla, joder xDDD
Jajajajaajajajaja, la reostia tú!
Grande Béla!
Besicos.
Brutal, vaya risa.
Muaaa
jajajajajajaja,hace tiempo no leia algo tan genial y me he reido a carcajadas como pocas veces.
Que suerte pasar por aqui.
Jajajajajajajajajajaja.... pa mearse y no echar gota, jajajaj...
Vaya, veo que ir a mi pueblo causa estragos!! jeje
Las ratas, son ratas en todas partes, no?
Me alegro de que me hayas dado este paseíto por algunos sitios de Dos Hermanas.
Desde luego tuvo que ser un espectáculo digno de ver! jajaja
Por cierto, el taxista del ceceo, sería de otro lado supongo...
Me ha gustado, Bèla, ha sido una grata sorpresa oír por aquí hablar de mi pueblo.
:)
Besito
Desde luego, no fué un dia afortunado para la rata, ni para tí tampoco, menudo "pollo" en urgencias.
" Voy allá con todo mi coño....,levanto y cojo al roedor....clavó sus incisivos en mi yema digital...,la deposito suavemente en el suelo donde yació muerta..., lo primero que pensé cuando iba leiendo la noticia es ¿ a quien mordió la rata? jajaja pobre Bela, lo siento Bela. Me has recordado cuando en Coria que se suelta un toro y se le bombardea a dardos,apareció una inglesa de defensa de los animales, debió cogerla el toro y la corneó gravemente, es que el toro no sabia que era su "amiga", pues lo mismo me ha pasado con Bela, no sabia la rata que Bela es de ADENA?
Besos TXUNGAS
jajajajaja buenísimo Béla!!
Mancantado la crónica :) Además lunes que se siente uno miserable... porque si alguien a quien ha mordido una rata no te hace sentir mejor, ya no sé yo :P
Que a la vista está que el sistema compensatorio kármico está mu mal llevado; necesita funcionarios o algo porque a ver, te muerde una rata... ¿y qué sacas?, ¿dos coca-colas, una no-rotura de gafas y un paquete... isssss... de tabaco?
Ohhhhhhhazte un blog, vaaaaa, snif snif snif
besos
Qué risa! Menuda situación, bien se merece un post.
Un besote
Diossssssssss, que grande la siniestraaaaaa
jajajajajajaajaja, que buen rato nena!!!!!
Besotes
jajajajajajaja, gracias!!! como necesitaba reírme así!!! jajajajajajaja
Para descojonarse, muy bueno.
Besazos
Conocia la historia pero jamás me pareció tan cómica.
Si he de ser sincero , ahora que te leo, me lo creo.
Debe ser cosa de familia el asunto de la originalidad. Si a eso añadimos la creatividad...me voy al campo a trabajar y de escribir me olvido...
Muy bueno y salvaje, hasta surealista. Me recuerda una pelicula de Buñuel.
La rata y Belá.
:) Cuidate.
La historia es bestial, muy bien contada, pero yo es que me he quedado con la intriga...al final quién ofició el entierro de la rata??
Salu2
Por metiche de mierda
Disculpa una cosa nena:
me parece mui bien que seas la hija de la Adela y todo eso. Pero por si no lo sabes hay ciertos animales que son malditos, y la cultura popular ya lo sabe, y por eso cuando se ve una rata hay que apedrearla y acabar con ella. pues lo dice el refranbien claro: de ratas desagradecidas esta el mundo lleno
PD: que escojone con la aventura
jajajjajaj....ay ay ay..... jajajjajaa...JAJAJJAJJAJAJAJJA... buenísimo... yo me quedo con que intentaste ayudar a la ratahijadeputa....jajajjaja.... bienvenida al club de los ultradefensores de los animales.. y lo q nos pasa!!!
un besazo, guapa.
Hola. Me alegro mucho de encontraros. Aunque me llamo Jorge soy una tía como decis por España.Ando entre Cuba y España y tengo que mantener el anonimato por razones de seguridad. Chunga?? quizas. Queria deciros que aquí en cuba, vemos una rata y nos damos de hostias por ella, y ese dia comemos arroz con carne. Ah ¡¡ e invitamos a la rata. No se si es suficiente historia chunga para que me deis el carnet (me haría mucha ilusion). y si no otro dia os cuento de que esta hecho el queso de las pizas
por ciertoque yo escribia para otra cosa:
tengo publicada en mi blog una historia chunga. no se si querriais tomarla prestada.
es la del niño que se encuentra con fidel castro.
saludos chungas
Madre mía. ¿pero ya estás bien?
:-)
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